martes, 23 de diciembre de 2008

ORQUÍDEA SALVAJE II


Desde hace unos años he descubierto que me llega bastante esa línea difusa que separa a veces lo abstracto de lo figurativo. Lo cierto es que la abstracción está mucho más cerca de lo que parece de la realidad. ¿Acaso no es, de hecho, parte de la misma?

En este ejercicio la orquídea sale de la roca. Me imagino una roca dura, pero también todo lo contrario: algo que fluye como el agua, resbaladizo y cambiante.

Las flores y las hojas están suspendidas en el vacío a muchos metros de altura. Me imagino que nadie las mira, su belleza es gratuita. ¿Cómo lo es toda bellleza?

lunes, 1 de diciembre de 2008

ORQUÍDEA SALVAJE

Me ha gustado mucho este ejercicio de orquídeas salvajes.


Como siempre, hay una serie de pautas que hay que seguir para ser fiel a la tradición: las hojas no deben de salir del mismo punto y cada hoja mira en una dirección -como si fueran múltiples agujas de un reloj de pared-. Se juega con las flores que pueden brotar entre las hojas: una, dos, tres... depende del espacio que quede libre y procurando siempre componer teniendo en cuenta lo vacío y lo lleno para crear un conjunto equilibrado.

Estoy contenta con la forma en la que han quedado las hojas porque se ve un trazo que sube y baja con fluidez.

La flor de la orquídea, sin embargo, tienes sus "defectillos" porque las hojas de abajo están demasiado abiertas. No obstante, no importa. El conjunto me gusta. Me parece armonioso.

Además se la he regalado a un amigo y a él le ha encantado. Eso, en sí, ya le da una categoría especial a mi orquídea: "es una orquídea regalada".