jueves, 28 de enero de 2010

PORCELANA CHINA DE LA COLECCIÓN BAUR

Ayer tuve la suerte de pasearme por una pequeña y escogida muestra de piezas de porcelana china en el Museo de la Cerámica de Barcelona. La exposición, con el nombre de Elegancia y Minimalismo. Porcelana imperial china de las colecciones Baur de Ginebra , nos presenta una serie de obras adquiridas por el viajero y empresario suizo Alfred Baur.

El Sr. Baur nació en 1865 en Andelfingen (Zurich), realizó estudios de comercio y viajo a Sri Lanka por encargo de la empresa donde trabajaba. Las cosas le salieron bien y fundó allí su propio negocio.
Avispado empresario y hombre de gusto exquisito, tal y como nos demuestra con su colección de arte, regresó a Suiza en 1906 y parece que fue entonces cuando empezó a coleccionar arte: cerámica japonesa, piezas lacadas, etc.

En 1924 conoció a Tomita Kumasaku, un marchante de arte con sede en Kyoto, quién se convirtió en su asesor y que consiguió para él piezas realmente excepcionales.

Solo en lo que respecta a cerámica china, la colección tiene 756 piezas de distintos periodos, desde la dinastía Tang (618-907) a la dinastía Qing (1644-1911).

Lo que yo pude ver ayer era una pequeñísima muestra de unas 64 piezas, pero ¡qué belleza! Dan ganas de irse a Ginebra para visitar la Fundación Baur que alberga el resto.

Me sorprendió el color: blanco translúcido, rojo intenso, azul pálido, superficies que evocan el caparazón de las tortugas o flores de ciruelo. Pero también las formas: simples y armoniosas. Algunas de estas piezas eran de una modernidad absoluta, efectivamente, minimalista.


En esta copa de la provincia de Fujian, China del sur. Siglo XVIII. Dinastía Qing, reinado de Qianlong (1736-1795) los destellos blancos de la porcelana no impiden ver y disfrutar los sutiles trazos de flores de loto incisos en el recipiente.


O en este cuenco donde las mariposas revolotean por los bordes. Los 6 caracteres que se aprecian en la base corresponden al emperador Chenghua de la dinastía Ming (1465-1487). La pieza también procede de China del sur, en este caso de la provincia de Jiangxi. Esta datada entre los siglos XVII-XVIII, dinastía Qing, reinado de Kangxi (1662-1722). Me pregunto si será una copia de un cuenco anterior.

De Jiangxi y del mismo periodo es también esta magnifica botella de esmalte rojo. Llamado también "rojo sacrificio" o "sangre de buey", que simbolizaba la felicidad multiplicada por cien.



No es que la posesión de estas piezas te vaya a dar la felicidad, pero desde luego su contemplación ya te sume en un estado de gratitud hacia el mundo.

viernes, 22 de enero de 2010

MI GATO DE LA SUERTE



Os presento a mi gato de la suerte o, mejor dicho, a mis gatos de la suerte. Los trajo Cristina, la hermana de Jose, de San Francisco. Siempre me habían gustado porque son pequeñitos, caben en la palma de la mano todos juntos, y me resultan muy simpáticos.

Ayer me contaron la historia de por qué estos gatitos tienen la pata levantada. Al parecer, existía cerca de Tokio un templo bastante pobre con un monje que, aunque apenas tenía para comer, compartía siempre sus escasos alimentos con su gato.

Un día, durante una tormenta muy fuerte, un hombre rico acertó a pasar por allí, y como no encontró mejor cobijo se refugió debajo de un árbol. El gato del monje, desde el tejado del templo, le hizo señas con la pata levantada para que viniera a refugiarse con ellos. El hombre sorprendido por la actitud del gato se fue corriendo hacia donde le indicaba, ¡y menos mal! porque justo en ese momento cayó un rayo sobre el árbol y lo partió. El hombre agradecido arregló el templo y desde entonces ya no les faltó nunca de nada ni al monje ni a su gato.

Estos gatos se llaman en China "Zhaocai Mao" y en Japón "Maneki-neko". Se considera que traen suerte a su dueño y se les suele colocar en la entrada de las tiendas, restaurantes, etc. Según los colores adquieren un significado diferente, por ejemplo, los míos que son blancos en su mayoría representan las cosas buenas por venir. El gatito negro evita la mala suerte y aumenta la felicidad.

Dando un vistazo por Internet he visto que hay otras leyendas que cuentan por qué el gato tiene la pata levantada. Si tenéis curiosidad dad un vistazo a este artículo de la wikipedia.